Estamos huérfanos de personas que nos atiendan. Llamamos a nuestra entidad bancaria, compañía de suministros... y perdemos tiempo y energía marcando uno, cuatro, tres y treinta y tres. O explicando una y otra vez qué nos ocurre para oír: “perdone, pero no le he entendido”. Harta de “todos nuestros agentes están ocupados. Le rogamos que espere unos momentos”, y musiquita y musiquita, he empezado a responderles con la misma moneda.
Artículo de Sílvia Cóppulo Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
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Cuando nos llamen para vendernos un servicio, aconsejo responder con voz robotizada y metálica. Te queda el cuerpo de bien...
Nuevo robot para la asistencia a personas mayores que viven solas. /
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