Artículo de Jorge Dezcállar Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Reflexión sobre la Cumbre de Madrid

Si no queremos depender de Washington, hay que gastar mucho más en defensa, que es algo que no entiende la ingenua izquierda nacional, anclada en eslóganes de otras épocas

De izquierda a derecha, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, durante la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. / Violeta Santos Moura (Reuters)

Estamos comprensiblemente satisfechos con el resultado de la reciente cumbre de la OTAN, porque ha sido un gran éxito. Moncloa y Santa Cruz han trabajado bien y cuando eso sucede los resultados lo agradecen. Hacía mucho tiempo, al menos desde la Conferencia de Paz sobre Oriente Próximo de 1991, que España no se apuntaba un éxito similar y hay que celebrarlos porque no andamos muy sobrados de ellos. Claro que de aquí a compararla, como ha hecho un hiperbólico Albares, con la Conferencia de Yalta (!) que consagró la división de Europa, o con la caída del Muro de Berlín, que marcó el comienzo de fin de la URSS, del comunismo, del telón de acero y de aquella Guerra Fría... hay un trecho demasiado grande. Y es que, como decía Talleyrand, maestro de diplomáticos, “sobre todo, hay que evitar el exceso de celo”. Debería saberlo.