Nadie esperaba que Nadal abandonara Wimbledon. Nadie lo esperaba porque nadie creía que la lesión abdominal fuera grave. Es lo que ocurre cuando te pasas la vida quejándote: cuando tienes motivos de verdad, no te creen. Personalmente me encanta que Rafa Nadal gane, daría lo que fuera porque jamás perdiera un partido. No es que sea amigo mío, ni siquiera nos conocemos, o sea que debería darme lo mismo Nadal, Djokovic o Fomin, que es uzbeko y anda por el puesto 404 de la ATP. El único tenista que alguna vez me despertó interés fue Nastase en los años 70, y eso porque se tomaba el tenis -e intuyo que la vida- a broma, como está mandado en ambos casos. Si me gusta que gane Nadal es por una razón egoísta: porque así me ahorro sus excusas posteriores.
Artículo de Albert Soler Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Esta vez Nadal estaba lesionado
Nadal tiene la necesidad imperiosa de hacernos partícipes de sus achaques, como si nos tuvieran que importar; y si por un casual se olvida de mencionarlos, siempre hay algún periodista que le saca del apuro
Nadal es atendio en la pista.
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