Artículo de Rosa Paz Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Después del sueño, la cruda realidad

Sánchez sabe que tiene en los problemas económicos el principal obstáculo para volver a ganar las elecciones

Encuentro entre Pedro Sanchez Joe Biden en el Palacio de la Moncloa . / DAVID CASTRO

Es evidente que cuando Pedro Sánchez despertó del sueño atlantista, los problemas domésticos que aparcó durante la exitosa cumbre de la OTAN todavía estaban ahí. Como el dinosaurio en el cuento de Monterroso. Incluso alguno de esos problemas agravado, como es el caso del IPC, que ha alcanzado ya los dos dígitos. A Sánchez el encuentro de los máximos dirigentes mundiales en Madrid le ha salido de diez. Un éxito organizativo y un éxito personal, porque los españoles han podido ver retransmitido en directo el magnetismo que irradia el presidente entre los socios europeos y ahora también con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que en el pasado le ignoraba. Se desconoce, no obstante, si ese despliegue de simpatía recíproca que ha supuesto para él la cumbre le dará algún voto en casa. Desde su izquierda creen que no, y es posible que acierten, aunque no por el antiatlantismo militante, que parece haber quedado como un reducto minoritario, sino porque está por ver cuánto dura el efecto de las fotos frente a un panorama económico que pinta mal y a la masacre de Nador, tan mal resuelta en sus declaraciones.