Artículo de Eva Arderius Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Las motos no son invisibles

Si realmente se quiere acabar con la sobreocupación de las aceras, el Ayuntamiento de Barcelona no solo tendrá que ser más contundente con la vigilancia, las sanciones y crear más plazas de aparcamiento. También habrá que fomentar la empatía

Motos aparcadas sobre la acera de la calle Còrsega entre Rambla Catalunya y Balmes / FERRAN NADEU

Esta semana se ha hecho viral el vídeo de una actuación contundente del Ayuntamiento de Nueva York. Su alcalde, Eric Adams, acompañado por las máximas autoridades policiales de la ciudad convocó a toda la prensa en un depósito municipal. Allí había un centenar de motos confiscadas por la policía. El vídeo muestra como Adams coloca la última moto y con una bandera como la que marca el inicio de las carreras de fórmula 1 da la entrada a una excavadora que pasa, una y otra vez, triturando, literalmente, todos los vehículos. Asegurando, así, que ninguna va a volver a circular. En este caso las motos destrozadas son ilegales, no tienen licencia. Pero, salvando las distancias, no he podido evitar imaginar una escena similar aquí en Barcelona, en este caso con las motos que aparcan mal. La semana pasada este diario situaba en la portada el informe impulsado por diferentes asociaciones como Catalunya Camina y Eixample Respira que cifra en 90.000 las motos que cada día estacionan ilegalmente en las calles de la ciudad.