Artículo de Ernest Folch Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El gran contorsionista

Contentar en un mismo día a la extrema derecha con la represión salvaje a la inmigración y a la izquierda pura con los impuestos a las eléctricas solo está al alcance de un desconcertante gimnasta del circo político llamado Pedro Sánchez

Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / Epi_rc_es

¿Se puede ser en un mismo día de extrema derecha y un izquierdista de manual? La elasticidad política de Pedro Sánchez alcanzó niveles de circo el pasado viernes cuando, tras elogiar la distopía fascista de la policía marroquí en la frontera con Melilla, se dispuso a subvencionar la rebaja del transporte público un 50% y anunciar el esperado impuesto para gravar los beneficios extraordinarios de las eléctricas. Todavía no conocemos las profundidades oscuras del pacto diabólico que Pedro Sánchez selló con el rey de Marruecos, más allá del trueque de la entrega del Frente Polisario a cambio de sellar cruelmente la frontera sur española y europea. Lo que sí sabemos es que el resultado de este pacto salvaje ha incomodado incluso al propio PP y solo encuentra un vergonzoso respaldo en los simpatizantes de Vox. Horas después de que felicitara a Marruecos con un escabroso "Bien resuelto", Pedro Sánchez aplicó su principio político favorito: la ley de la compensación. Y fue así como anunció una catarata de medidas para aplacar a sus maltratados socios de gobierno, una especie de lluvia de millones, que abarcaban desde la subida de las pensiones no retributivas hasta la reducción del IVA de la electricidad. Como si fuera uno de estos números prodigiosos del 'Cirque du Soleil', el contorsionismo de Pedro Sánchez fue capaz de llegar desde la extrema derecha con la inmigración hasta la izquierda más exigente de Podemos con los impuestos futuros a Iberdrola.