Artículo de Albert Soler Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Gritando desde Bélgica

Se trata solo de salir a pronunciar alguna vacuidad, que si no, a ver quién se acuerda de que el pobrecito sigue ahí, con su Consell y su Casa de la Republiqueta

Carles Puigdemont en rueda de prensa en Bruselas. / ACN / MARTA VIDAL

En su sermón de Sant Joan, el Vivales de Waterloo anunció la buena nueva: los catalanes somos un pueblo que camina. «A diferencia de otras culturas», añadió a continuación, para dejar claro que los demás pueblos son unos vagos y que, si los catalanes no somos el pueblo elegido de Dios, es solo porque otro se nos adelantó hace miles de años, incluso en lo de caminar. No dijo hacia dónde camina el pueblo catalán porque no tiene ni puñetera idea, aunque sobre todo no lo dijo porque no hace falta: se trata solamente de salir a pronunciar alguna vacuidad, que si no, a ver quién se acuerda de que el pobrecito sigue ahí, con su Consell y su Casa de la Republiqueta, y sus fotos con los negros de Biafra. De paso, se postula como líder a perpetuidad, ya que para dirigir a un pueblo que camina, nadie mejor que un líder que corre. Para huir, pero corre.