Décima avenida Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El catalán Pau Gasol y el aragonés Lambán

Para no ser nacionalista y deplorar el nacionalismo (de los otros, se entiende), el presidente de Aragón ha cumplido el manual del perfecto nacionalista

Lambán / El Periódico de Aragón

Los adjetivos los carga el diablo. “El catalán @paugasol me ha responsabilizado del fracaso de los #juegos2030. Con el respeto que me merece este deportista, debería informarse mejor y no dar por supuesto que el @COE_es obedece a estrictos criterios deportivos. En este caso, ha sido un aliado del independentismo”, tuiteó el presidente de Aragón, Javier Lambán, en respuesta a un comentario de Gasol, miembro del COI después de haber sido elegido por los deportistas en los últimos JJOO, en el que señalaba al presidente aragonés como responsable del fracaso de la candidatura del Pirineo español a los JJOO de invierno. Gasol, deportista de renombre mundial, estandarte de la selección española de baloncesto durante años y conocido por no ser, precisamente, independentista, es sin embargo catalán, y por tanto, a ojos de Lambán, sospechoso.  Lambán ha dado un recital político en este largo culebrón de la candidatura conjunta entre Catalunya y Aragón para los JJOO de invierno. Para no ser nacionalista y deplorar el nacionalismo (de los otros, se entiende), Lambán ha cumplido el manual del perfecto nacionalista: ha defendido el honor de lo suyo ante las humillaciones que pretendía infligirle el enemigo exterior, Catalunya; ha desdeñado la racionalidad (los informes técnicos y de expertos, incluidos los aragoneses) para abrazarse a la bandera y la emotividad en defensa de la dignidad mancillada de Aragón; ha denunciado conspiraciones y traiciones contra su tierra (ese COE aliado, a su juicio, del independentismo catalán); no ha dejado pasar ni una ofensa de tanto pérfido a su tierra y, como el niño que veía muertos, ha visto por todas partes catalanes o amigos de catalanes o víctimas de chantajes de catalanes: el ministro Iceta, el presidente Sánchez que pacta en el Congreso con los independentistas y, al final, el mismo Gasol. El protocolo  Lambán es un clásico.