Artículo de Jordi Alberich

Teletrabajo y reducción de jornada

La renuncia a la presencialidad no responde a la naturaleza social del ser humano y acentúa esa lacra de individualismo que no conduce a nada

Imagen de archivo de una persona teletrabajando / El Periódico

Aún andamos discutiendo acerca de la conveniencia del teletrabajo, cuando surge la propuesta de la semana laboral de cuatro días. Una dinámica que viene de lejos y que tiene en la conferencia de Keynes en 1930 en la Residencia de Estudiantes de Madrid unos de sus hitos. Entonces afirmó que, al cabo de un siglo en el ya cercano 2030, la jornada sería de tres horas diarias. No acertó demasiado el ilustre británico pues también pronosticó que, por las mismas fechas, las desigualdades habrían desaparecido. Pero sí apuntaba acertadamente que, con el aumento de la productividad, el tiempo de trabajo disminuirían.

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