Artículo de Ernest Folch Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Aquella Catalunya de Sánchez-Camacho

Va bien recordar que quien encumbró a Sánchez-Camacho fue precisamente el soberanismo convergente a quien ella traicionó, muy poco después del idilio sostenido entre CiU y el PP

Alicia Sánchez-Camacho, en una foto de archivo en el Parlament. / JOAN CORTADELLAS

Incluso en los audios de las cloacas del Estado hay momentos 'vintage'. Las conversaciones destapadas hace unos días entre el comisario Villarejo y la entonces secretaria general del PP en Catalunya Alicia Sánchez-Camacho nos han servido para recordar que Catalunya dejó de ser ella misma hace menos de lo que nos pensamos. Las grabaciones, en las que se ve a la exjefa del PP catalán maquinando miserablemente y sin escrúpulos contra políticos como Mas o Duran i Lleida y figuras de la sociedad civil como Jaume Giró o Carles Sumarroca, producen un efecto pornográfico. El retrato que nos ofrece Sánchez-Camacho de sí misma es descarnado e indefendible, y sorprende que cuando ya han pasado unos cuantos días no se haya dignado ni a dar una mínima explicación: hasta es posible que dentro de unos meses, en alguna entrevista menor, diga de pasada que eran conversaciones privadas, la típica justificación de quien ha sido pillado 'in fraganti'. Sin embargo, más allá de la cuestión moral, hay una dimensión política que hace que estas conversaciones sean realmente muy ilustrativas. Porque sorprende que algunos políticos y simpatizantes de lo que fue la órbita convergente se descuelguen ahora con todo tipo de calificativos contra Sánchez-Camacho como si se les hubiera olvidado el contexto en el que se produjeron.