La hoguera | Artículo de Juan Soto Ivars Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¡Viva La Manada!

La palabra nos pertenece aunque permitamos que se nos arrebate, me gusta que la escuela de teatro saque pecho y se la apropie

Un teatro vacío. / EPC

Se viraliza por las redes una foto del cartel de una escuela de teatro de Madrid que se llama "La Manada". El anuncio dice: "¿Tu hija sueña con ser actriz? Artes Escénicas La Manada". Entro a la web y la diversión involuntaria continúa: sobre una foto de una mujer llorando a lágrima viva, el texto "Título en arte dramático". Las palabras se contaminan como las tierras yermas tras una explosión termonuclear. Las metáforas y las inducciones no son propiedad de los poetas: las carga el diablo a sus espaldas. Después de los hechos de San Fermín de 2016 y la tormenta de sensacionalismo mediático que hizo célebre el nombre que aquel grupo de violadores usaba para comunicarse por 'Whatsapp', las manadas ya no remiten a apacibles leones despatarrados.