UN SOFÁ EN EL CÉSPED

Preparados para volar

El ambiente de Montilivi, con un llenazo hasta la bandera en el partido de ida. / David Borrat

No hay nada como ver un partido de fútbol en el campo. Y me atrevo a decir que no hay nada como un partido de futbol nocturno, cuando se amansa el calor y el olor a hierba penetra en tu memoria para llevarte hacia aquellos otros partidos, los que viste con tu padre, de niño. En mi caso, por ejemplo, contra el Stuttgart o contra el San Lorenzo de Almagro, que son los equipos que venían a jugar a Montilivi (en los 70), en el Torneo Costa Brava, y prometían, entonces, una velada de altos vuelos futbolísticos. En casa, tienes repeticiones y patatitas y cervezas, pero en el campo resucita ese monstruo escondido que se desata de las oscuridades del recuerdo y te agarra y te grita que no hay deporte como éste, por mucho que Adam Sandler, en esa película que no está nada mal (“Hustle”, Garra), diga que odia el fútbol. 

Temas

Girona FC