El adjetivo que utilizamos para denotar una singularidad, algo excepcional (histórico), no concuerda con lo ocurrido el miércoles. En Catalunya, hubo dos hitos importantes, sí, pero recurrentes. En el Parlament, un nuevo intento de evitar que la lengua sea un campo de batalla (y, por tanto, al final, un campo baldío, desolado) con la aprobación de la ley del catalán. En la calle (o en las oficinas, en los bares, desde el despacho de casa, en un barco atracado en el puerto o en un tren de cercanías), el gentío que quería adquirir una entrada para el enésimo concierto de Bruce Springsteen en Barcelona. Ya hemos perdido la cuenta de los maratonianos espectáculos del cantante. Colas digitales y minutos interminables de espera hasta que se agotan las localidades.
Pros y contras | Artículo de Josep Maria Fonalleras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Springsteen y el catalán desde un escaño del Parlament
La ley del catalán es una combinación de música (la necesidad de mantener el uso de la lengua) y letra (los equilibrios entre porcentajes, vehiculación y currículo). Parece que un diputado de Vox estaba más interesado en otra música y otras letras
El diputado de Vox, Antonio Gallego, consultando entradas para un concierto de Bruce Springsteen /
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