Artículo de Andreu Claret Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El congreso a la búlgara de Puigdemont

Todo el mundo sabe que Junts es hoy una abigarrada macedonia política e incluso ideológica. Hasta las elecciones municipales no sabremos si puede ser algo más

Carles Puigdemont durante una conferencia de prensa en Bruselas. / EMMANUEL DUNAND (AFP)

Por el momento, lo único significativo del congreso que Junts per Catalunya celebra mañana en el sur de Francia, es que los seguidores de Carles Puigdemont se reunirán en Argelers, donde unos 100.000 republicanos españoles fueron hacinados en 1939, tras huir de la España de Franco. Será inevitable que los herederos de Convergència Democràtica aprovechen la circunstancia para establecer paralelismos entre la situación en la que viven algunos de sus dirigentes en Waterloo y el exilio que padecieron decenas de miles de familias republicanas. Tan inevitable como bochornoso. La primera noche que mi madre pasó en Argelers, cuando tenia 15 años, tuvo que cavar un hueco en la arena húmeda para dormir, acurrucada con su hermano menor para protegerse del frio y el viento de aquel invierno criminal. No creo que ninguno de los asistentes al congreso de Junts tenga que acomodarse de esta suerte. Mi madre llegó a Argelers caminando con su familia desde Manresa, perdida en aquel éxodo dantesco de medio millón de desheredados. Supongo que la mayoría de los ‘junteros’ lo harán con sus coches. Podría llevar esta funesta comparación hasta el final del artículo, contando que mi madre llevaba un silbato hecho con unas cañas colgado del cuello, para activarlo en caso de que algún guardián intentara violarla, pero no hace falta. Espero que Puigdemont y los suyos se contengan, y no insulten la memoria de quienes pasaron un par de años en aquel campo, en condiciones infames.