Artículo de Jordi Nieva-Fenoll Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Sin Whatsapp se vive (mejor)

Depende de nosotros mismos hacer –o no– realidad un Gran Hermano que ha venido en una forma que jamás imaginamos

La ’app’ de Whatsapp, una de las más utilizadas del mundo. / EPA

Llevo ya un año y medio sin WhatsApp, Facebook e Instagram. Desaparecí de los tres lugares a la vez pues era la misma empresa haciendo lo mismo en tres formatos diferentes: ofrecer un servicio para que sus usuarios compartan información –fotos, mensajes, localizaciones, gustos, etc.– a cambio de ir recogiendo, como una red, no social, sino de arrastre, muchísimos de nuestros datos, no solo los explícitamente compartidos por el usuario con su comunidad de 'amigos'.