Artículo Ángeles González Sinde Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Ser muchos, ser distintos

Me emocionó pisar de nuevo los escenarios que hace un año invadíamos con nuestros camiones y artilugios

Unas butacas

Hay un momento en la novela 'El comensal' en que el personaje de la narradora regresa a los lugares donde estuvo con su madre enferma. La sala de espera de un hospital oncológico, la habitación donde estaba ingresada, la tienda donde compraron una recopilación de Abba, el restaurante donde tomaron una merluza que no le sentó bien… Esta semana he vuelto a Pamplona donde hace 12 meses rodaba la versión cinematográfica de la novela que me enamoró en 2015 cuando Gabriela Ybarra la publicó. La ciudad aún no había despertado y tras desayunar decidí dar las gracias al santo cuya capilla está frente al hotel. Ni soy creyente ni tengo ninguna formación religiosa, tal vez por eso entro en las iglesias con gusto y sin prejuicio. Me gusta la energía de los templos como me gusta la energía de los museos que para mí son una misma cosa, lugares de espiritualidad y recogimiento donde acudimos con nuestros miedos y anhelos a reposarlos, por ver si se opera un cambio. Una iglesia es para un urbanita lo más parecido al mar para los que viven en la costa. El mar te dice que eres solo una partícula pululando por el cosmos, la vida es mas grande que tú. La iglesia te dice que sientes lo que ya sintieron otros, temes con sus mismos temores, eres parte de los otros como los otros son parte de ti. Salí de la iglesia y paseé por la ciudad como había bajado al desayuno, con la tarjeta de mi habitación en la mano.