Tribuna de Manel Esteller Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Efectos de las terapias invasivas: lo que el viento no se llevó

Hay que ver cómo evitar y subsanar las consecuencias a largo plazo de fármacos o intervenciones quirúrgicas muy invasivas, para que el presente no se coma completamente al mañana

Pacientes en tratamiento de quimioterapia. / EL PERIÓDICO

En la magnífica película ‘Lo que el viento se llevó’, cuando Escarlata se ve ignorada por Rhett Butler en la escena final, ella dice: “Debe de haber alguna forma para hacerle volver. Ahora no puedo pensar en ello. Me volvería loca si lo hiciera. Ya lo pensaré mañana”. Pues eso, que la inmediatez de dar solución a un problema no nos dejar pensar las consecuencias a largo plazo. Es normal, primero debemos resolver lo más urgente y luego ya reflexionaremos sobre las derivadas de nuestra decisión. Imaginemos un problema de salud gravísimo como un cáncer que sin un tratamiento drástico se va a llevar la vida de la persona. Tenemos que actuar rápidos y con decisión. Y lo que suceda tiempo después ya lo afrontaremos cuando aparezca. En este campo de la oncología, sabemos que terapias agresivas que han hecho superar un tumor pueden inducir la aparición de un segundo cáncer décadas después. Tenemos que estar atentos. De igual forma, aproximaciones terapéuticas necesarias para rescatar a ese paciente pueden provocarle alteraciones de la cognición. Y muchos conocemos casos de pacientes con cáncer de mama que luego arrastran problemas de retorno de líquidos formándose el linfedema. Sin entrar en detalles de las alteraciones en la vida sexual que representa para muchas personas. Se actuó como se debía actuar, pero los afectados deben ser seguidos cuidadosamente en el tiempo y ver cómo evitar y subsanar las consecuencias de fármacos y/o intervenciones quirúrgicas muy invasivas. Que el presente no se coma completamente al mañana.