Tribuna de Jorge Dezcallar Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Principios flexibles

Otra vez se sacrifican los principios en aras de beneficios a corto plazo pagando, eso sí, el elevadísimo precio de humillar al Estado y de desprestigiar instituciones tan importantes como el CNI

Pedro Sánchez, en el Congreso.

Es una forma amable de decirlo. No respetar los principios puede traer ventajas a corto plazo, pero a la larga se suele pagar caro. Y a veces también a la corta. El Gobierno parece ignorarlo como muestra su forma de gestionar la relación con Marruecos y de cesar a la directora del CNI.Mohamed VI, respaldado por la decisión de Donald Trump de reconocer su soberanía sobre el Sáhara Occidental, nos dio un aviso cuando el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, vino a España para tratarse de covid. Advertir con antelación de su visita hubiera sido cortés, pero no habría evitado la crisis porque Marruecos la deseaba para poner en práctica lo que Marcos Bartolomé ha llamado en un reciente artículo de 'Foreign Policy' “la diplomacia de la rabieta” ('tantrum diplomacy'), y para presionar con el tema migratorio mientras asfixiaba económicamente a Melilla y a Ceuta, hacia la que lanzó una avalancha de 10.000 personas, muchas de ellas menores, y luego completó la jugada llamando a consultas a su embajadora en Madrid. Y el presidente Sánchez se arrugó, como Marruecos sabía que acabaría haciendo, y primero le ofreció en bandeja la cabeza de la ministra de Asuntos Exteriores Arantxa González Laya y, como eso no fue suficiente, acabó reconociendo implícitamente la soberanía marroquí sobre el Sáhara pues esa es la consecuencia obvia de apoyar su plan de autonomía.