La simbiótica relación entre realidad y ficción es una fuente constante de inspiración para la imaginación. Cosas que nuestros abuelos quizá dieron por imposibles y ridículas al encontrarlas por primera vez en un libro de ciencia ficción ahora forman parte de nuestro día a día, instigando una cansina conversación social autocomplaciente de “qué fue antes, el huevo o la gallina”. En la ecuación del mérito siempre tendemos a vernos como parte del motor de cambio y no los pesados vagones que arrastra el progreso, llevándonos hacia el futuro a pesar de nosotros mismos. Pero lo cierto es que la tecnología no tiene agenda, ni tiene un interés especial por hacernos mejores personas o crear un futuro maravilloso donde todos seamos felices, buenos, dignos del respeto propio y ajeno. La tecnología no tiene por qué suscribir nuestros ideales, nuestra moralidad o los límites que hemos decidido dibujar como fronteras infranqueables para lo inaceptable. La tecnología fluye libre, útil y peligrosa, necesaria y aterradora.
Artículo de Mónica Vázquez Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
'Made for Love': el futuro que nos espera
La serie de HBO no es una trágica llamada de atención social, como algunos imaginarán, sino una invitación a la reflexión salpicada de comedia e hilvanada con tremendo gusto
Fotograma de ’Made for Love’.
Lo más visto
- Encuesta elecciones Catalunya: El PSC consolida la victoria y Junts refuerza su ventaja sobre ERC
- Aviso amarillo por lluvias y tormentas en ocho comarcas de Catalunya este lunes
- Sondeo elecciones Catalunya: Los catalanes prefieren un pacto PSC-ERC a otro Govern independentista
- Brutal pelea a puñetazos en un cine lleno de niños donde se proyectaba 'Garfield'
- Jorge Rey sobre el tiempo que nos espera: "Está muy cerca"