Artículo de Jordi Puntí Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Llama a mi agente

La gracia de la adaptación es que traslada también una mirada sobre los tópicos de cada lugar y los argumentos acaban siendo un reflejo de su sociedad

Los protagonistas de la serie ’Call my agent’.  / COSMO

A veces un guionista tiene una idea genial —tan sencilla que sus colegas piensan “porqué no se me habrá ocurrido a mí”— y es como si le tocara la lotería. Es el caso de la francesa Fanny Herrero, creadora de la serie 'Dix pour cent': se estrenaron cuatro temporadas y en España se vio en el canal Cosmo con el título inglés, 'Call my agent' ('Llama a mi agente'). La serie estaba ambientada en una agencia que representaba actores en París y narraba los conflictos cotidianos de la fauna cinematográfica: los egos de los famosos, las eternas promesas, los secundarios con ínfulas o los rencores entre colegas daban mucho juego. Todo estaba tratado con humor, y con el detalle de que en cada capítulo un actor o actriz actuaba bajo su propio nombre, como cliente de la agencia, aceptando así ponerse en ridículo. Participaron nombres como Nathalie Baye, Claude Lelouche o Monica Bellucchi y el éxito fue tan fulgurante que las estrellas del cine hacían cola para salir en la serie.