Apunte

Saber irse

Marcelo, en la celebración del título de Liga del Madrid en Cibeles / Isabel Infantes / Reuters

Qué difícil resulta para la gran mayoría de jugadores entender cuándo hay que marcharse. Por eso conviene alabar comportamientos excepcionales como el que tuvo Zinedine Zidane cuando renunció a un año de contrato para retirarse, a tiempo, en su Real Madrid. O el de Joseba Etxeberría, que quiso jugar gratis su último año de contrato en el Athletic y al no ser posible, por ley, donó el ingreso mínimo que por convenio tuvo que percibir. Tampoco es fácil para algunos clubes grandes despedir a sus leyendas a la altura de la historia que han escrito.