Artículo de Xavier Martínez-Celorrio Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Una lengua sin buena política detrás

La guerra cultural en torno a la inmersión lingüística ha de acabar de una vez por todas. Hace falta un amplio consenso inteligente que aparque lo identitario

Barcelona. 02.04.2022. Sociedad. Manifestación en favor de la inmersión lingüística y en defensa del catalán frente al Palau de la Generalitat. Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

Desde la ‘ley Moyano’ de 1857 hasta 2013, a lo largo de 156 años, no se acordó nunca definir el castellano como lengua vehicular en la escuela. Ni en tiempos de los gobiernos de Aznar. Fue la LOMCE (2013) del ministro Wert la que fijó la vehicularidad del castellano, pero, ojo, como un añadido tan solo nominal sin ningún efecto práctico al no querer detallar cómo aplicarla. Porque el debate de la vehicularidad es y será ideológico. Sirvió para llenar titulares patrióticos, pero sin efecto alguno en las aulas.