ANÁLISIS

Castigados sin jugar

Xavi da instrucciones en el Benito Villamarín ante Dembélé. / FCBarcelona

Xavi desprende realismo. Ha sido un camino progresivo, por momentos casi imperceptible, con el que ha ido trasladando su perspectiva eufórica respecto a la plantilla de cuando llegó, a una visión mucho más crítica que se acerca en el juicio al “esto es lo que hay” de Koeman. Del "somos el Barça" inicial al "somos lo que somos". Xavi no se conforma, pero su mensaje es una advertencia, para aspirar a títulos hace falta mejorar la materia prima. Sabe lo que tiene y sufre por lo que podrá tener.