'Heartstopper' es, probablemente, la serie más dulce y tierna que he visto últimamente. Yo, que no me tuve que esconder durante mi adolescencia para querer a las personas que amé, no podía dejar de empatizar con los personajes: dos chicos que descubren el amor, los vínculos y la sexualidad en medio de la hostilidad de un mundo que nos quiere a todos dentro de las casillas que algunos decidieron que eran las correctas. Veo, también, que a pesar de la indudable ternura y dulzura de la historia, en mi entorno ha despertado también otros sentimientos: la sensación de que a ellos y ellas, hombres y mujeres del colectivo LGTBI, les robaron la libertad, el entusiasmo y la alegría de los primeros amores.
Artículo Jenn Díaz Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Ternura escondida
Los protagonistas de 'Heartstopper' poco a poco sueltan los miedos y las inseguridades, y se acompañan el uno al otro, y avanzan juntos
Una imagen de Heartstopper.
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