Artículo de Angeles González-Sinde Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La vida: ingredientes

Una descarga de emoción me sacude si alguien sobrevive. Es la alegría más pura, te lleva a las lágrimas

Rodaje con medidas de seguridad por el covid. / DAVID CASTRO

¿De qué se compone la vida? De todo y muy variado a tenor de mi experiencia de esta semana. Empecé el lunes trabajando con Boris Izaguirre. Nos relató su paso por el quirófano. Se me puso la carne de gallina. Tuvo varios síntomas antes de decidir ir al hospital. Los pasó por alto. Tenía compromisos y tiró para adelante, como hacemos tantos, hay que cumplir y rendir. Pensé en mi pareja, su muerte súbita e inesperada hace tres años, la tortura que ha sido para mí no ser capaz de prevenirla. Gracias a la honestidad de Boris y su dulzura, comprendí que no es fácil prever la muerte. Mi pareja y yo no actuamos peor que muchos otros, somos débiles, somos humanos. Me conmovió escuchar a Boris hablar de su cirujano, de sus manos pequeñas y hábiles a las que confió su destino. Me sobrecogió como cuando años atrás Olga Pereda, compañera de este diario, me contó el infarto de su marido, Oskar, en plena calle en San Sebastián. Un viandante le socorrió, su corazón resistió el envite y se salvó. Una descarga de emoción me sacude si alguien sobrevive. Es la alegría más pura, te lleva a las lágrimas, te dice “los milagros son posibles”.