Desde hace unas semanas, el puerto de Shanghai, el mayor del mundo en movimiento de contenedores, se halla prácticamente paralizado como consecuencia de un brote de coronavirus, que ha llevado a las autoridades chinas a decretar un confinamiento muy estricto. Dicha parálisis ya incide directamente en cadenas de producción de empresas europeas y, de persistir unas semanas, puede forzar su paralización por falta de componentes. Pese a su trascendencia, lo más relevante no son tanto las consecuencias directas del cierre portuario como extraer algunas lecciones que nos sirvan ante esta nueva etapa que iniciamos y que algunos denominan reglobalización.
Artículo de Jordi Alberich Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El puerto de Shanghai
La paralización del mayor puerto del mundo en tráfico de contenedores muestra la fragilidad sobre la que se sustenta la actual globalización
China confina Shanghái.
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