Artículo de Jordi Nieva-Fenoll Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Pegasus: autopista al infierno

En democracia no se pueden matar moscas a cañonazos, y hay que preservar forzosamente los derechos fundamentales de los ciudadanos, entre ellos el derecho afectado en estos casos: el derecho a la intimidad

Oficinas del grupo NSO, la compañía creadora del software de espionaje Pegasus, en el valle de Aravá, en el sur de Israel. / MENAHEM KAHANA (AFP)

Pegasos, en realidad. Un caballo alado de la mitología griega, que tal vez los creadores del programa informático espía confundieron con el caballo de Troya, al que se parece muchísimo más por su finalidad. Su funcionamiento es tecnológicamente complejo y aunque, aprovechando vulnerabilidades de los sistemas operativos, ha llegado a funcionar en ocasiones sin que el usuario del teléfono espiado cliquee ningún link, lo habitual es que sí lo haga ingenuamente.