El papel pasado por agua tiene un olor desagradable. Esa mezcla de madera hecha pasta, con su lignina en proporciones medidas, que son un polímero formado por grandes moléculas, cuando se moja apesta. Esto que describo, sin tener ni idea, conserva un olor característico que en seco huele a libro cuando tiene portada. ¡Quién no ha olido profundamente un libro para casi extraer la historia que cuenta! Una delicia.
Artículo de Álex Sàlmon Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los libros mojados
Tras la lluvia en Sant Jordi, las pequeñas librerías con paradas en la calle no tienen claro todavía cómo pagarán lo comprado en firme
Una de las paradas de libros instaladas en el paseo de Gràcia sale volando el día de Sant Jordi. /
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