APUNTE

Laporta necesita ayudarse un poquito

Laporta admite que se desbordaron los mecanismos de control ante el Eintracht / Jordi Cotrina/Vídeo EFE

En el FC Barcelona el viento cambia de dirección bruscamente. Lo saben mejor que nadie los que llevan años trabajando dentro, expuestos a las alarmas que balancea la actualidad. Nunca conviene fiarse de la calma. La calma es la carrerilla que se toma la siguiente tormenta antes de explotar. ¿Quién podía imaginar después de la magistral goleada en el Bernabéu y el paseo militar a lomos de los números secretos de Spotify que el presidente escucharía los primeros gritos de dimisión y el entrenador hablaría con el tono bajo de un recién operado, sin título al que tratar de echar el lazo?