Este es el sexto Sant Jordi seguido que paso en esta columna y ya no sé si me quedan muchas cosas por decirles. Las repaso para no repetirme y decido hacer lo contrario, repetirme. Sé que cada Sant Jordi es distinto. Las clásicas variables de si cae entre semana o es festivo, de si llueve o no llueve, de si tal o cual ha sacado libro o no, han sido superadas en los últimos tres años por el tsunami de la pandemia. En 2020 lo pasamos en casa, y en 2021 aprovechamos la brecha entre olas para salir tímidamente todo lo que pudimos. Hubo tanto celo en el control de aforo que la gente se acabó acumulando fuera de los recintos. Gran país, como dice un amigo mío. En 2022 hemos reventado las costuras de los recintos acordonados en Barcelona para crear una supermanzana literaria y en el resto del país imagino que no necesitarán nombres para rebautizar la reconquista libre de las calles. Me alegro.
Artículo de Núria Iceta Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Sant Jordi tozudo
Lo esencial este año será la gente, los lectores, la voluntad de no querer renunciar a una fiesta que nos hace únicos en el mundo
Viladecans se prepara para celebrar Sant Jordi /
Temas
Lo más visto
- Aviso amarillo por lluvias y tormentas en ocho comarcas de Catalunya este lunes
- Brutal pelea a puñetazos en un cine lleno de niños donde se proyectaba 'Garfield'
- Sondeo elecciones Catalunya: Los catalanes prefieren un pacto PSC-ERC a otro Govern independentista
- Calendario lunar de mayo 2024: todas las lunas de este mes
- La ciudad más fea de Catalunya para la Inteligencia Artificial está al lado de Barcelona