Artículo de Ernest Folch Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

'Catalangate': ¿fiscalización o propaganda?

Los mismos que con razón fiscalizan al independentismo ,¿nos contarán ahora quién y por qué ha ordenado este escandaloso 'Catalangate'?

Pere Aragonès y las oficinas del grupo NSO, compañía creadora del ’software’ de espionaje Pegasus, en el valle de Aravá, en el sur de Israel. / EFE / ANDREU DALMAU / AFP / MENAHEM KAHANA

Han tenido que ser una universidad canadiense y una revista americana los que hayan hecho público uno de los mayores escándalos de espionaje conocidos de la historia de Europa. Investigado por CitizenLab (de la Universidad de Toronto), y difundido por la rigurosa 'The New Yorker', hemos conocido un espeluznante y masivo espionaje a más de cincuenta cargos, políticos, activistas y periodistas independentistas a través del célebre Pegasus, el edificante software de espionaje impulsado por el Gobierno israelí, el mismo que para un cierto independentismo tenía que llevar a Catalunya hasta la victoria final. La primera noticia de la irrupción del Pegasus en el 'procés' fue el espionaje ya sabido al expresidente del Parlament Roger Torrent, pero lo que hemos sabido ahora supera todo lo imaginable: entre los espiados están los cuatro últimos presidentes de la Generalitat, Pere Aragonès incluido, los exiliados Clara Ponsatí y Toni Comín, activistas como Elisenda Paluzie, abogados como Andreu Van der Eynde, Gonzalo Boye y Jaume Alonso-Cuevillas. Los que forman la lista de espiados, que tiene el dudoso gusto de incluir a Txell Bonet y Diana Riba, parejas de los presos Jordi Cuixart y Raül Romeva, o a periodistas como Josep M. Ganyet, tienen solamente un denominador común: ser independentistas. Es decir, que el que sea que haya apretado este botón, tenía como único objetivo la persecución ideológica, hecha además bajo el amparo de un Estado.