Escribí al inicio de la pandemia, mayo 2020, que José Luis Almeida, el alcalde de Madrid, estaba ganando un liderazgo político y social muy importante a través de una estrategia basada en el diálogo con todas las fuerzas municipales, sin sectarismos, únicamente con la ciudad como bandera. Muchos análisis versaron sobre las diferencias con otros liderazgos más débiles en aquel momento, a saber, Isabel Díaz Ayuso, que era percibida como una presidenta falta de experiencia y con declaraciones que le hacían parecer sobre pasada por el cargo. Fue esa imagen pública de éxito del alcalde la principal razón para que Pablo Casado, que nunca tuvo un liderazgo muy sólido ni experiencia de gestión que le avalara, lo nombrara portavoz nacional del partido para reforzarse. Y ese fue el inicio de la decadencia de su ascenso meteórico.
Análisis Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Almeida, en manos de Ayuso | Videoanálisis de Verónica Fumanal
Cuando la presidenta madrileña lo sea también del PP de Madrid, será ella la persona que decida sobre el futuro político del alcalde, que ha quedado en sus manos
Almeida, en manos de Ayuso | Videoanálisis de Verónica Fumanal
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