Artículo de Jordi Mercader Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La política del aterrizaje forzoso

Pere Aragonès parece dispuesto a reconocer en el Parlament el carácter flexible de la inmersión lingüística, y puede sospecharse que se rinde a la evidencia para evitarse el trance de la desobediencia

Manifestación en defensa de la escuela catalana, el 26 de marzo en Barcelona. / Jordi Otix

La política del aterrizaje forzoso en la realidad se practica poco debido al riesgo electoral que comporta. El PSOE y el PCE reconocieron a la monarquía para facilitar la Transición; Adolfo Suárez restableció la Generalitat en período preconstitucional; Felipe González repitió jugada con la entrada en la OTAN; Pedro Sánchez ha reorientado por sorpresa la posición española respecto del Sáhara y Pere Aragonès parece dispuesto a reconocer en el Parlament el carácter flexible de la inmersión lingüística. Estos aterrizajes suelen responder a múltiples factores y aunque resultaría muy satisfactorio poderlos atribuir a un análisis sincero del contexto, no siempre es así. Para no remontarnos al siglo pasado, puede sospecharse que el presidente español simplemente se alinea, por si acaso, con los países que lideran la Unión Europea y con los Estados Unidos y de que el presidente de la Generalitat se rinde a la evidencia para evitarse el trance dela desobediencia. De todas maneras, lo relevante es que aterricen.