Artículo de Albert Soler Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Ni sopla viento ni la barca es nueva

A los lacistas no les interesan minucias como trabajar o comer, sino temas de verdad esenciales como colgar una pancarta, escribir tuits contra España o llevar en la cartera el carné del Consell de la Republiqueta

Fábrica de Nissan en Zona Franca. / Jordi Otix

Se va la fábrica de baterías a Valencia, se va el museo Hermitage, se ha ido Nissan, se han ido un montón de empresas, se van a ir los JJOO de Invierno antes siquiera de venir a no ser que los miembros del COI voten las sedes en pleno coma etílico, se va todo el mundo de Catalunya excepto los que tendrían que largarse para no volver y están gobernando, pero a nosotros nos da igual, porque somos catalanes y con eso nos basta. Ser catalán supone de por sí tanta riqueza espiritual que toda la material nos sobra y la vamos regalando a pueblos más necesitados. Ni un 'pas enrere', proclamaban los lacistas se diría que hace siglos, y efectivamente ni un paso atrás van a dar hasta conseguir que entremos en la economía de subsistencia, con cada catalán comiendo lo que buenamente haya podido cultivar en su balcón al grito de «quanta dignitat!».