El deseado equilibrio del número de células que forman un órgano o un tejido (homeostasis, dicho de forma fina) está en poner en un lado de la balanza la proliferación, es decir la división celular, y en otro lado de la báscula la muerte o desaparición de esas células. Por ejemplo, en las demencias como el Alzheimer, la proliferación es cero porque las neuronas no se dividen y al mismo tiempo se van degenerando, con lo que al final el balance es que se van perdiendo estas bellísimas células en el cerebro de estas personas. En el cáncer la ecuación es distinta: las células tumorales no paran de reproducirse y al mismo tiempo mueren pocas con lo que el rédito final es de un sobrecimiento de esa zona, originándose un tumor. De los mecanismos y procesos relacionado con la excesiva división de las células transformadas ya he hablado en otras ocasiones, así que, si les parece bien, me gustaría explicarles unas poquitas cosas de cómo las células van directamente al cielo o dónde sea.
Artículo de Manel Esteller Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Muerte de las células
Existe una mortalidad nuestra necesaria, fisiológica y funcional
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