Hay conceptos populares que cuando se aplican a la política es para denostar al señalado. “Pijo-progre”, por ejemplo. Aquella persona “con buen nivel económico y de apariencia conservadora pero con ideas modernas y liberales que se consideran impropias de ella”. O sea, la etiquetada desde el prejuicio. Si así ridiculizan en público destacados miembros de partidos políticos que encubren su ignorancia usando tópicos aparentemente ocurrentes, ¿qué no harán sus bases? Pues concluir que cualquiera que esté en sus antípodas es directamente fascista o comunista, independentista o unionista, propio o botifler. Sin matiz ni tamiz. Y así es como se mantienen bien alimentadas las dos Españas y las dos Catalunyas que han encontrado en las redes su campo de expresión ideal. Con la impunidad del pseudónimo y la limitación del obsesivo.
Conocidos y saludados | Artículo de Josep Cuní Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Haciendo del error virtud
El texto que ayudó a elaborar la ‘exconsellera’ Rigau para garantizar que la enseñanza se adapte a las diferentes realidades y la sociedad siga beneficiándose del privilegio de entender, hablar y escribir las dos lenguas oficiales ha sido dinamitado por esa facción de Junts instalada en su revolución permanente y decidida a cargarse la posible paz lingüística.
Irene Rigau, ’exconsellera’ de Ensenyament, en una foto de archivo. /
Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ( TSJC ) Irene Rigau Inmersión lingüística Junts per Catalunya
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