Artículo de Santi Terraza Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Ucrania lucha por todos nosotros

Los ucranianos están defendiendo un modelo de civilización que, con todos sus defectos, no ha logrado ser mejorado por ningún otro

Neumáticos y barricadas en una carretera que se dirige a Leópolis, en el oeste de Ucrania. / EFE / Wojtek Jargilo

Nunca un país había reunido tantas simpatías y al mismo tiempo había estado tan solo y abandonado. La práctica totalidad del mundo libre –con la excepción parcial de sus respectivos extremos– abraza sentimentalmente a Ucrania tras la brutal agresión que está recibiendo por parte de la Rusia de Putin. Pero ningún Estado –con la excepción del intento de Polonia, abortado por los EEUU, de cederle sus MiG29– se está implicando en su defensa militar de manera directa y activa. Tras cuatro semanas de guerra, Ucrania ha recibido infinitas muestras de solidaridad, también importantes ayudas humanitarias y otros apoyos, no menos cruciales, en armamento de defensa. Pero todo resulta absolutamente insuficiente para compensar la evidente desigualdad de fuerzas ante el invasor ruso, a pesar de la heroica (y también eficiente) resistencia ucraniana.