Tocar fondo es dificilísimo; ni queriendo. Una vez empiezas a caer parece que siempre haya más vacío debajo para seguir cayendo. Recuerdo una viñeta de la revista 'Hermano Lobo' en la que aparecía un condenado a muerte. A su lado se veía al verdugo agarrando una enorme hacha, a punto de cortarle la cabeza. Justo antes se despedía de él con un «Hasta mañana si Dios quiere, que no creo que quiera». La frase me viene a la cabeza cada vez que leo que hay posibilidades de que algo que va mal no empeore, y quizás al cabo remonte. Al final no es lo que suele ocurrir. Conviene conocer la sabía regla según la cual hay que esperar lo peor.
Parece una tontería / Artículo de Juan Tallón Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
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Ciertas caídas tienden a prolongarse ruinmente, ejerciendo la lentitud, de modo que dar contra el suelo de una maldita vez puede volverse un deseo. Pasa en la guerra de Putin
Vladímir Putin.
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