Tal y como están ahora las cosas, con una fragmentación política grande y una polarización entre los bloques de derecha e izquierda de igual tamaño, si el PP quisiera gobernar en España después de las próximas elecciones generales tendría que hacerlo con Vox. En el supuesto, claro, de que, ante la previsible desaparición de Ciudadanos, la suma de los dos partidos de la derecha, la moderada y la extrema, llegue a los 176 escaños de la mayoría absoluta. Y eso lo sabe bien el moderado Alberto Núñez Feijóo, líder ‘in pectore’ del PP. Por eso, el todavía presidente de Galicia intenta minimizar la trascendencia del pacto de Gobierno de su partido con Vox en Castilla y León mientras, al mismo tiempo, trata de sacudirse cualquier responsabilidad en la consecución de esa alianza con la ultraderecha.
Castilla y León Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Un pacto que contamina
Los socialistas podrían haberse abstenido en la investidura de Fernández Mañueco, pero para llegar a eso PP y PSOE tendrían que haberse sentado a negociar en serio
Alberto Núñez Feijóo.
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