Conflicto en Ucrania Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Mantener la mirada

El riesgo es que si la guerra se alarga, la conmoción se apague, que se apague la solidaridad o, peor aún, nuestro interés, soterrado por pulsiones más egoístas

Militares ucranianos subiendo a un tren con dirección a Kiev en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania. / Aleksey Filippov / AFP)

Todas las imágenes que hemos visto de la guerra son nuevas y en realidad no lo son del todo. Suceden ahora en Ucrania –más que suceder, las provocan– como antes las causaron en Siria y en otros muchos lugares. Lo que llega primero es la conmoción. Seamos francos: lo que primero llega es la pregunta de si esa guerra podría ocurrir aquí, en nuestra casa. Porque antes que la conmoción se presenta incluso el miedo y el qué haría yo y adónde iría con los míos y si esto me puede pasar a mí. Es inevitable y es humano: lo mismo que la solidaridad.