Día de la Mujer Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Salir a la calle

El feminismo es un río cada vez más caudaloso, y a veces revuelto, e incluso dolorosamente bifurcado, pero que converge en las necesidad de abolir un sistema que nos oprime

Manifestación 8M en Barcelona

Salir a la calle son muchas cosas. El martes, me atrevería a decir, fueron 15.000 de ellas, tantas como participantes en una manifestación. Algunas incluso contrapuestas. El feminismo es un río cada vez más caudaloso, y a veces revuelto, e incluso dolorosamente bifurcado, pero que converge en la necesidad de abolir un sistema que nos oprime. A nosotras, principalmente, pero también a los hombres, porque el machismo empobrece y embrutece a toda la sociedad. Es por eso que hay que recordarse a una misma, a menudo, que en una manifestación a veces lo más importante es la foto que se tomará en gran angular, y el número de personas que se verán en ella, o de lo contrario no soportaríamos tener a dos metros de distancia a alguna de sus participantes. Cada cual que se haga sus listas negras, y me incluya en ellas si quiere; en la lista de mi 'mani', el nombre dos políticas de formaciones que apuestan por degradar derechos laborales de muchas mujeres, quienes la foto que buscaban era más bien un retrato en plano corto. Y, sin embargo, entiendo que su presencia allí en el fondo es una buena señal, porque indica que el sentido común, la hegemonía, es que ya no es posible quedarse en casa.