Invasión rusa Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Una guerra que también es la nuestra

La Unión Europea es el modelo a preservar, a fortalecer, a expandir, a defender, a mejorar. El modelo por el cual los ucranianos no luchan en vano

Soldados ucranianos vigilan la frontera de Crimea con Rusia en Jerson. / VALENTYN OGIRENKO (REUTERS)

Si hace casi 30 años, el conflicto de los Balcanes nos advirtieron que el horror de la guerra no había desaparecido de Europa, la guerra de la Rusia de Putin contra Ucrania nos recuerda que el estado de paz en el que hemos vivido la inmensa mayoría de los europeos desde 1945 es una excepción en la historia de la humanidad. Una excepción que hemos dejado de cuidar y apreciar, que incluso hemos despreciado y que hemos entendido como la normalidad, instalados en nuestro bienestar relativo, pero inmenso respecto el resto del planeta. Y es que el origen del proyecto europeísta no es otro que acabar con las guerras entre europeos que habían asolado el Viejo Continente, uniendo los mercados, facilitando la circulación de las personas y defendiendo los intereses y valores comunes de los europeos. Y este proyecto ha funcionado. Con la caída del Muro de Berlín y el hundimiento del bloque soviético, Europa, como proyecto de paz y prosperidad compartido, pero también de democracia, derechos y libertades se extendía hacia el Este. Hoy en Ucrania, la guerra que ha comenzado Putin va de esto. Cuando en mayo de 2014 formaba parte de la delegación de la Asamblea Parlamentaría de la OSCE, desplegada en Kiev, que monitoreaba las elecciones en Ucrania, después de las revueltas europeístas del Maidan, comprobé cómo los jóvenes con los que hablaba aspiraban a vivir en un país basado en un 'european way of life' formando parte de la Unión Europea ( UE), muy lejos del fracasado modelo soviético de sus padres o del modelo despótico y autoritario que sufren sus vecinos rusos.