Guerra de Ucrania Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Práctica unanimidad contra la invasión

Las razones para la condena a Rusia y el apoyo a la resistencia ucraniana son tan contundentes que no debería insistirse. No es solo el respeto al derecho de las naciones a no ser agredidas, sino la defensa de una concepción del mundo basada en la soberanía y la voluntad popular

Manifestación contra Rusia en la Plaça Catalunya de Barcelona. / Jordi Otix

A la contra de las reacciones a las guerras anteriores, son muy pocos los que se abstienen de posicionarse a favor de Ucrania y mucho menos los que, de modo en general indirecto, repiten los argumentos de Putin y culpan a Occidente de la invasión. Tanta unanimidad es insólita, aunque pueda no parecerlo en un país tan acostumbrado a ponerse del lado incorrecto de las guerras y las ideologías y poblado por unas generaciones que han crecido con el no a las guerras, desde Vietnam a la segunda de Irak. La llamada a Pedro Sánchez de Pablo Casado para cerrar filas se ha visto sepultada por la guerra fratricida del PP y la caída del líder, pero si miramos hacia atrás deberemos retroceder hasta la Guerra de Cuba para encontrar antecedentes. La imagen del Congreso aplaudiendo al representante de Ucrania coincide con la del Parlamento Europeo. Por si fuera poco, el presidente de la Generalitat expresa su apoyo al envío de armas a Ucrania para que se defienda de la invasión. Incluso Podemos, quién los ha visto y quien los ve, se limita a expresar un desacuerdo parcial con el envío de armas ofensivas. Un detalle significativo: algunas poblaciones que habían anunciado concentraciones de rechazo a la guerra se han dado cuenta del error y han especificado que el rechazo es a la invasión. No sorprende, dada la táctica sigilosa de Vox para avanzar sin hacer más ruido de lo imprescindible, que la extrema derecha se abstenga de significarse en exceso a favor del totalitarismo ruso.