Economía de la atención Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

'Homo distractus'

La multitarea se ha convertido en la nueva normalidad, pero eso no significa que sea inofensiva. Muy al contrario. Los expertos no paran de repetir que nuestro cerebro no está preparado para llevar varios procesos cognitivos a la vez

Notificaciones de Whatsapp y de Facebook

Todo el que desarrolla su trabajo conectado a Internet sabe de primera mano lo difícil que puede resultar concentrarse en una única tarea. Diariamente nos encontramos en el epicentro de un bombardeo constante de llamadas, correos, mensajes y notificaciones que invaden nuestros dispositivos. La multitarea se ha convertido en la nueva normalidad, pero eso no significa que sea inofensiva. Muy al contrario. Los expertos no paran de repetir que nuestro cerebro no está preparado para llevar varios procesos cognitivos a la vez. Por mucha soltura que tengamos haciendo mil cosas al mismo tiempo, la fluidez y facilidad de dicho proceso es una mera ilusión. En la práctica es como si estuviésemos presionando constantemente la tecla F5 para refrescar nuestro disco duro, reconfigurando el sistema para devolverlo al punto de interrupción. Puede parecer que somos capaces de retomar las cosas exactamente donde las dejamos, aunque rara vez ocurre así. Como explica la profesora Sophie Leroy, al pasar de una tarea a otra la atención de la persona no se engrana de inmediato. Durante un tiempo, la atención sigue vinculada a la tarea original, lo que reduce de manera considerable el rendimiento. Es decir, tu foco no se trasvasa automáticamente cada vez que saltas del mail a una videoconferencia o del teléfono al whatsapp, sino que se mantiene dividido durante un rato. La multitarea tiene residuos de todas las cosas con las que hacemos malabares al mismo tiempo.