Mundo cinematográfico Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¿Quién teme al algoritmo?

La agudeza de que hacen gala las plataformas para publicitar sus productos recuerda a ese momento clave de Hollywwod, el ‘pitching’

Escaparate de Filmin, con carteles alternativos de películas.

La oferta cada vez más descomunal de las plataformas digitales —HBO, Amazon, Netflix, Filmin y ‘tutti quanti’— ha provocado una competencia feroz y al mismo tiempo ha afinado los sentidos de los publicistas. Ya no basta con poner anuncios en los periódicos y pirulís, o traer a la actriz principal para que repita la misma respuesta en decenas de entrevistas de radio y tele. No, ahora las estrategias para que al final del día tu dedo acabe eligiendo tal película o tal serie deben ser personalizadas, como si detrás de la pantalla hubiera un hombrecillo que se dedica a catalogar tus gustos y hacerte propuestas seductoras. Este hombrecillo, claro, se llama algoritmo y a veces acierta, pero además quiere aparentar que te conoce como uno más de la familia. Cada plataforma tiene sus trucos de proximidad y de ahí esos ‘emails’ que proponen “seis series elegidas especialmente para ti”, o “un filme tropical para pasar este fin de semana gélido”, o “la nueva serie de aristócratas británicos que no sabías que querías ver”.