Hoy como ayer, el urbanismo de Barcelona sigue despertando interés y es estudiado con atención, precisamente porque siempre ha arriesgado. En la década de los 80 se inició un programa de reequipar los barrios periféricos y urbanizar calles y plazas con la misma calidad que las del centro. Hoy la situación es distinta. Son las condiciones del centro insalubre las que requieren cambio e innovación: la implantación de un cambio en la movilidad, mejores equipamientos y la multiplicación de ejes verdes, los nuevos jardines lineales de una ciudad de extrema compacidad. Una adaptación que necesita consenso para abordar los retos medioambientales. No debería dar miedo. Barcelona es una ciudad compleja, diversa y conflictiva, pero seguirá siendo el motor cultural, referente sanitario, universitario y de innovación, de Catalunya.
Contexto Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Urbanismo: el centro como motor de cambios
Para abordar los retos medioambientales se requiere una adaptación e innovación en movilidad, equipamientos y ejes verdes que necesita consenso. No debería dar miedo
Urbanismo táctico en el cruce de Consell de Cent con Rocafort. /
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