Si Pablo Casado forzó el adelanto electoral en Castilla y León convencido de que el PP obtendría allí una mayoría extraordinaria que reforzaría su liderazgo interno frente a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y externo frente al presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, es evidente que se equivocó y que ha fracasado. Ni él ni su partido han salido fortalecidos de los comicios. Por el contrario, él ha quedado debilitado, porque con su aventurerismo forzó la ruptura del PP con Ciudadanos y lo ha lanzado a los brazos de Vox, dejándolo a merced de sus exigencias. Los populares quedaron muy lejos de la mayoría absoluta y han permitido que se afiance la extrema derecha, que se siente cada vez más fuerte.
Análisis Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Triste consuelo | El análisis de Rosa Paz tras las elecciones en Castilla y León
Ni Pablo Casado ni su partido han salido reforzados como esperaban: ha dejado que se afiance la extrema derecha, que se siente más fuerte. Pero a los socialistas el domingo les fue peor de lo que pensaban
Castilla y León ata a Pablo Casado con Vox y castiga al Gobierno
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