Décima avenida

Una comisión de la verdad sobre los abusos de la Iglesia

Cualquier investigación sobre la pederastia debe partir de la revelación de la verdad, el reconocimiento y el arrepentimiento

Sánchez y Omella / MONCLOA

Hay una escena en la película ‘Spotlight’ sobre la investigación de los periodistas del ‘Boston Globe’ de los casos de pederastia en la Iglesia católica en Boston en la que un experto en rehabilitación de sacerdotes pederastas explica a los reporteros que, en su experiencia, el porcentaje de sacerdotes implicados en abusos sexuales en la ciudad debe de girar alrededor del 6%. La cifra me viene a la cabeza cuando leo que la comisión gubernamental creada en Australia para investigar sobre los abusos sexuales a menores cometidos por instituciones religiosas en el país cifró en un 7% el porcentaje de los sacerdotes católicos que trabajaron allí entre 1950 y 2010 que fueron acusados de abusos sexuales. Allí donde ha habido comisiones de investigación (Irlanda, Francia...) las cifras de víctimas y de supuestos abusadores se cuentan por miles. Por eso resulta tan difícil de creer que en países como Italia y España, de profundas raíces católicas en la sociedad, la política y la economía, la cifra de casos conocidos sea baja respecto otros países. Ayuda sin duda a ello que ambos países no han creado una comisión para investigar los abusos sexuales a menores cometidos en las instituciones de la Iglesia católica. La tarea de desenterrar lo que sucedió recae en la valentía, contra viento y marea, de algunas víctimas y en el trabajo periodístico (como el que lleva haciendo EL PERIÓDICO desde hace años). No es aventurado afirmar que, en este tema, las investigaciones internas en el seno de la Iglesia no han sido lo que mejor ha funcionado.