No es de extrañar que mucha gente se haga un lío con los test de antígenos rápidos. Son un despropósito. Cero intuitivos. Una cajita con elementos sueltos más una bolsita de desecho donde alguno ni cabe. El líquido reactivo en un blíster diminuto y difícil de abrir. El hisopo de la muestra con una cánula inútilmente larga para donde debe llegar, y sin muesca de introducción. El tubo para la mezcla con una boca tan estrecha que es difícil verter el líquido. ¿Y dónde colocas el tubito mientras tanto, para que no vuelque? Algunas cajas llevan un troquelado, pero apenas visible. Te lo quedas en la mano como un tonto. Finalmente, encajar un gotero diminuto que, al ser transparente, ya has perdido varias veces entre el despliegue de piezas. Entonces poner las gotas en el recipiente, ¿pero dónde? Hay dos orificios. Nada indica en cual. Y esperar para una lectura absurda: C solo es negativo, C y T positivo, T inválido. Con una línea muy sutil, apenas perceptible. ¿No hubiese sido mejor indicar claramente, en el mismo recipiente, qué combinación da positivo y cuál negativo?
Diseño Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Test rápidos de antidiseño
Los test de antígenos son un despropósito. Cero intuitivos. Una cajita con elementos sueltos más una bolsita de desecho donde alguno ni cabe
Test de antígenos con instrucciones de uso.
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