Reforma laboral Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Lo esencial y lo accesorio

La debilidad parlamentaria del Gobierno de coalición, que suma solo 155 de los 350 diputados de la Cámara Baja, le obliga a negociar cada proyecto con muchos grupos

Sesión de control al Gobierno en el Congreso , en la imagen Gabriel Rufián mira a Vals. / David Castro

Si nada se tuerce, lo que no es imposible, el Gobierno logrará este jueves que el Congreso de los Diputados apruebe la reforma laboral. Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y el resto del equipo gubernamental han estado hasta el último momento conteniendo el aliento porque no les salían las cuentas ante la negativa de sus socios preferentes, ERC y PNV, a secundar el pacto alcanzado con las centrales sindicales y la patronal. El acuerdo de los agentes sociales también fue difícil y había muchos agoreros que lo consideraban inverosímil. Pero se logró, como se conseguirá su aprobación parlamentaria, gracias, por cierto, a Ciudadanos, que recupera centralidad, y a dos puñados de grupos pequeños, entre ellos Compromís, UPN y el PDECat, que ha roto la estrategia del nacionalismo catalán de votar en contra —Esquerra y Junts— y se decantó este miércoles por el 'sí'.